Francisco Acedo Fernández.
Auditor de la Diputación Granducal para
la Nobleza y Ciudadanía.
El 2 de agosto de de 1537 se produjo la
batalla de Montemurlo en la que Cosme de Médici venció a sus enemigos
partidarios de la restauración de la República Florentina. Esta victoria llevó
al Emperador Carlos V a confirmar a Cosme Duque de Florencia el 30 de
septiembre del mismo año, como sucesor del I Duque, Alejandro de Médici. Otro 2
de agosto, pero de 1554 las tropas del Ducado de Florencia vencieron a las de
la República de Siena en la batalla de Scannagallo, lo que supuso la anexión de
ese territorio lo que daría lugar al nacimiento del Gran Ducado de Toscana.
Como parte de su política de consolidación de la Dinastía y del Estado Mediceo,
Cosme I quiso instituir una orden de caballería que tuviera como principal
objetivo la lucha contra el imperio turco y los piratas del Mediterráneo y que
sirviera para unir a la nobleza de las distintas ciudades de Toscana en una
causa común y crear una concepción de estado, que fortaleciera sus relaciones
con la Iglesia y que diera prestigio a la familia. El santo patrono que se
buscó fue San Esteban Papa y Mártir, cuya memoria se celebra el 2 de agosto,
fecha de las dos fundamentales batallas de Montemurlo y Scannagallo y el 1 de
de octubre de 1561 el Papa Pío IV a través del breve Dilecto Filio erigió la
“religión” de la Casa de Médici y le dio la regla de San Benito y como símbolo
una cruz octógona de gules. El 1 de febrero de 1562 el mismo Sumo Pontífice a
través de la bula His quae pro Religionis Propagatione aprobó los estatutos,
que eran similares a los de la Orden de Malta, e instituyó la sucesión del Gran
Maestrazgo en los Duques de Florencia (.."COSMUS, quoad vixerit , & de
inde pro tempore existens, Florentiæ Dux esse deberet, & certo Militum per
ipsum Magistrum pro tempore existentem"). El 15 de marzo del mismo año el
Arzobispo Giulio Cornaro, Nuncio en Toscana, invistió en una solemne ceremonia
en Pisa a Cosme I, Duque de Florencia y Siena, como Gran Maestre de la Sacra
Militar Orden de San Esteban Papa y Mártir.

Los rangos de la orden, después del Gran
Maestre, eran el Comendador Mayor, que tenía la función de teniente, el Gran
Condestable, a quien se encomendaba el mando de las tropas de desembarco, y el
Almirante. Estos dignatarios, de los que dependían los priores y bailíos, junto
con algunos caballeros nombrados por el Gran Maestre o el Capítulo General,
formaban el Consejo de los Doce que gobernaba la Orden. Los miembros se
dividían en tres clases: Mílites o Caballeros de Justicia de entre los que se
elegían los Comendadores, Capellanes y Sirvientes, que podían serlo de armas o
de oficio. Para ser admitidos como Mílites se debía de hacer probanza
nobiliaria, votos religiosos, hoy substituidos por promesas de devoción, y
embarcarse por un mínimo de tres años. Todos los miembros debían de pagar una
tasa de entrada.
La sede de la orden se fijó en Pisa, por
su gran tradición marinera, y en ella Vasari concibió una gran plaza, presidida
por el Palacio de la Carovana y la Iglesia de San Esteban de los Caballeros.
Junto a Pisa, Livorno fue la otra ciudad toscana en la que más impronta ha
dejado la Orden. Las naves de la Orden participaron en importantes empresas
navales, como Malta, Lepanto o Annaba además de hacer incursiones en el
Mediterráneo Oriental. A partir de 1640 la Orden se centró más en la defensa de
las costas tirrenas frente a los piratas turcos y berberiscos, aunque nunco
dejó de prestar ayuda a la República de Venecia en su lucha constante contra
los otomanos. La última acción bélica de la Orden de San Esteban fue en 1709.
A la rama masculina de los caballeros
pronto se unió la rama femenina. Leonor de Toledo primero y luego los grandes
duques Cosme I y Fernando I promovieron, a partir de 1563, la fundación del
monasterio de la Santísima Concepción en Via della Scala de Florencia.
Destinado a las hijas de las familias aristocráticas del Gran Ducado, el
monasterio estaba bajo el gobierno del Gran Maestre y, desde el punto de vista
del poder espiritual, del Prior de la iglesia conventual de la Orden. A partir
de 1592 fueron acogidas allí las primeras monjas que, formando parte de la
Orden Militar de San Esteban, fueron llamadas monjas caballeras. Lo mismo
ocurrió con la iglesia contigua al monasterio benedictino de San Paolo in Ripa
d'Arno en Pisa, sujeto al Prior de la Orden conventual desde 1565.
Tras la extinción de la rama Médici de
Cafaggiolo y, en contra de las reglas sucesorias de las que hablamos en el
anterior artículo, algunas potencias internacionales apoyadas por la oligarquía
local impusieron en 1737 a la dinastía extranjera de los Lorena en lugar de los
legítimos herederos, los Médici de Ottajano. Los descendientes de Francisco
Esteban de Lorena, se apropiaron de la Orden de San Esteban y el Papa Benedicto
XIV en su breve Praeclara Militia de 1748 en el que confirma que el de Lorena gobierna
la Orden, pero no indica ninguna modificación a la bula de Pío IV, por lo que
únicamente sanciona una realidad de facto. Fernando III de Habsburgo Lorena
abdicará el trono del Gran Ducado de Toscana y el magisterio de la Orden
austro-toscana de San Esteban en 1801 y Napoleón suprimió la Orden en 1809. En
1815 sería repristinado por Fernando III al volver a ocupar el trono toscano.
En 1849 durante la Guerra entre el Reino de Cerdeña y Toscana, el Gobierno
Provisional de la República de Toscana volvió a suprimir la Orden.

El 20 de diciembre de 1866 la dinastía
Habsburgo Lorena desapareció, fusionándose definitivamente con la Casa Imperial
de Austria, que también acogió al último Gran Duque y a los miembros de la
familia Habsburgo toscana. A Fernando se le permitió conservar su título gran
ducal, mientras que sus hijos se convirtieron en archiduques o archiduquesas de
Austria, perdiendo el tratamiento de príncipes o princesas de Toscana. En 1870
Fernando IV abdicó de sus derechos como pretendiente al Gran Ducado de Toscana
en favor del emperador Francisco José I de Austria y, por tanto, con él cesaron
todos los reclamos políticos sobre Toscana para todos los descendientes de
Leopoldo II. El Gran Magisterio de la Orden de San Esteban cesó con la muerte
de Fernando IV. De hecho, Francisco José I había prohibido, tras la muerte del
gran duque Fernando IV en 1908, asumir los títulos de Gran Duque, Príncipe o
Princesa de Toscana. Ninguno de los hijos del último Gran Duque nacido después
de 1866 fue titulado príncipe o gran duque de Toscana ni, correctamente, tomó
posesión de las extintas órdenes dinásticas ya conferidas por los Grandes
Duques de Toscana.
A pesar de la extinción del Gran
Magisterio en 1908 con la muerte de Fernando IV, último Gran Duque de Toscana
de la familia Habsburgo Lorena, en 1971 uno de sus descendientes, Godofredo de
Habsburgo-Lorena volvió a conferir la Orden de San Esteban y las demás órdenes
de caballería austro-toscanas, ignorando la abdicación de su abuelo Fernando IV
y la negación para la concesión de las Órdenes dinásticas toscanas dada por el
emperador Francisco José. El 22 de septiembre de 1971 el Archiduque Godofredo
de Habsburgo Lorena reconfirmó la continuidad de la Orden. Se trata pues esta
Orden de San Esteban del Archiduque Godofredo -como señalan autores de la talla
de Andrea Borella- de una institución de nuevo cuño que copia parte de los
estatutos y de las insignias de la antigua milicia y que ni siquiera podía
invocar la continuidad en el gran magisterio de la orden austro-toscana, ya que
el hijo del abdicatario Fernando IV -el Archiduque Pedro Fernando, padre de
Godofredo- no reivindicó nada al respecto del gran magisterio de las órdenes
austro-toscanas, como tampoco lo hicieron el resto de sus hermanos.

Por la naturaleza de su creación la
Orden de San Esteban Papa y Mártir es una Orden de Corona, ya que las bulas
Dilecto Filio e His quae pro Religionis Propagatione de Pío IV dispone que el
Gran Magisterio es hereditario en la persona de los Duques de Florencia pro
tempore después Grandes Duques de Toscana sucesores legítimos de Cosme I de
Médici y está asociada a la Casa de Médici. La sucesión sería siempre agnada y
masculina y, en caso de extinción de los Médici de Cafaggiolo se llamaría a la
rama colateral más próxima, que siempre fue la de los Médici de Ottajano. Al
ser una orden religiosa fundada in perpetuo con una bula papal, sólo puede ser
disuelta a discreción del pontífice, y por esta razón todavía existe a día de
hoy y su Gran Maestre desde 2001 es el legítimo sucesor de Cosme I de Médici
como Duque de Florencia, el Gran Duque Ottaviano de Médici de Toscana, que ha
recibido de sus mayores los derechos intactos sobre el trono Gran Ducal y el el
Gran Magisterio de la Orden de San Esteban.
Desde el momento en que el Gran Duque
Ottaviano se hizo cargo del Gran Magisterio de la Sacra Militar Orden de San
Esteban Papa y Mártir ha trabajado en la adaptación de sus estatutos y fines a
los tiempos actuales. Los Caballeros de San Esteban del siglo XXI deben de
ayudar al prójimo y a la Creación. El Caballero debe anteponer el honrar a Dios
sobre todas las cosas, seguir los mandatos de las Sagradas Escrituras, observar
los preceptos de la Santa Madre Iglesia, observar la justicia, socorrer a los débiles,
defender la biodiversidad y el medio ambiente. Los Miembros están llamados a
formar parte del Cuerpo de Socorro Naturalista de la Orden de San Esteban
(COSSNOS) y a frecuentar los cursos de formación impartidos por la Academia
Humanística Medicea de Ciencias Naturales, así como en formar parte de las
misiones medioambientales. Los Caballeros y Damas pueden ser dispensados por
causa de edad, enfermedad o traslados al extranjero.
Actualmente los estatutos prevén que las
categorías en las que se dividen los miembros de la Orden sean las siguientes:
-Bailío Gran Cruz de Honor y Devoción:
reservado a miembros de familias reales y altísimas personalidades.
-Caballero Mílite Conventual o Dama
Caballera de Honor y Devoción: prueban cuatro cuartos.
-Caballero Mílite Comendatario o Dama
Caballera de Devoción en Encomienda: prueban tres cuartos.
-Caballero de Armas de Gracia o Devoción
o Dama de Gracia y Devoción: prueban dos cuartos.
-Caballero de Armas de Gracia Magistral
o Dama de Gracia Magistral: prueban un cuarto.
-Caballero de Oficio o Dama de Oficio:
sin pruebas.
Es necesario decir que para la probanza
de cuartos se aceptan pruebas de nobleza, tanto hereditaria como personal,
feudal y ciudadana, y también el modo de vida more nobilium o la alta posición
social de la familia.
Son requisitos fundamentales para todos
los aspirantes a ingresar en la Orden:
-Ser mayor de edad.
-Ser católico y estar dispuesto a hacer
promesas de devoción. Excepcionalmente podrán ser admitidos cristianos no
católicos como miembros no profesos en los mismos grados que los caballeros
católicos, pero éstos no emitirán las promesas de devoción ni podrán vestir el
hábito.
-Haber adquirido méritos hacia la Casa
de Médici o haber manifestado estima, respeto y admiración por la Casa
Granducal Medicea y sus actuales representantes.
-Aceptar los principios del Nuevo
Humanismo Mediceo.
-Tener conducta irreprochable.
-Poseer una posición social adecuada
para la condición caballeresca.
-Ser presentado por un miembro de la
Orden.
Además de estos requisitos se
presentarán pruebas de cuartos, tal y como se ha especificado anteriormente.
Los expedientes los instruye la Diputación Gran Ducal para la Nobleza y
Ciudadanía, que hace las funciones fiscalizadoras de la Orden.
Por último quiero anunciar que Su Alteza
Real el Gran Duque Ottaviano de Médici de Toscana ha creado el Priorato del
Reino de España de la Orden de San Esteban Papa y Mártir y en los próximos días
se hará público el nombramiento del Prior, que ya ha aceptado su cargo.
Para saber más: www.de-medici.com
Contacto:
francisco.acedo.fernandez@de-medici.com
Publicado por La Mesa de los Notables.